Ourense | Obra de reforma | 2018 | Fotografía: Andrés Irrazábal
La confianza y el cariño con el que empezamos este proyecto fue crucial a la hora de sentarnos a diseñar. Se trata de una vivienda con mucho encanto situada en una zona antigua, otro gran punto a favor.
Era importante mantener la atmósfera de la antigua casa combinándola con una arquitectura interior contemporánea. Lo conseguimos a través del mobiliario atemporal, la mayoría en madera y hierro, la piedra negra en elementos nuevos, como la chimenea o la cocina, y la piedra antigua en aquellas paredes donde se pudo conservar.
La madera es protagonista en piezas de pura artesanía como la pared del baño de la planta baja.
La textura del estuco es suave y su aspecto recuerda a las piedras naturales, en consecuencia con la esencia de la casa.
Existe una coherencia cromática y de materiales que transmiten serenidad.
La vivienda invita a evadirse y desconectar.
Se potenció la luz natural, ya que la luz influye directamente en el bienestar. Y se eligieron cuidadosamente las piezas de iluminación para no romper con esas sensaciones y a la vez darle un sentido estético importante.
Todo en este proyecto está cuidadosamente estudiado, para conseguir el objetivo que se nos pidió, que es el de convertir la casa en algo especial, potenciar su belleza, conseguir que sea práctica y convertirla en lo que consideramos ahora como una pequeña joya.